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Las Finanzas

 

Consejos prácticos cuando no tienes empleo

trabajo

Introducción
Pon tu confianza en Dios
No culpes a otros
Trata de hallar el propósito
Pasa tiempo con Dios
Pasa tiempo con tu familia
Otros consejos prácticos

OTROS CONSEJOS PRÁCTICOS
Por Luis Palau

 
Trabaja de voluntario en la iglesia o en una organización de servicio.

Dedica dos horas de tu día a trabajar como voluntario en tu iglesia o en una organización de servicio a la comunidad. Averigua quién necesita ayuda con la casa o con el jardín o un trabajo de pintura o reparaciones eléctricas. Las viudas y los ancianos siempre necesitan una mano amiga; ¿por qué no se le das?

Cultiva una actitud de siervo y busca formas de ayudar a otros. Como dijo el apóstol Pablo: «Ayúdense unos a otros a llevar sus cargas, y así cumplirán la ley de Cristo» (Gálatas 6:2) y «En efecto, al recibir esta demostración servicio, ellos alabarán a Dios por la obediencia con que ustedes acompañan la confesión del evangelio de Cristo, y por su generosa solidaridad con ellos y con todos» (2 Corintios 9:13).

¡No dejes de trabajar solo porque no te pagan!

Busca trabajo.

Dedica dos horas al día buscando empleo. Hay que poner tu currículum vitae al día y en una forma profesionalmente presentable. Luego anda y busque trabajo. Con toda seguridad tienes contactos con parientes, amistades y miembros de la iglesia. Además siempre hay empresas buscando empleados en los diarios.

Únete a un equipo para evangelizar a tu comunidad.

En vez de sentarte en tu casa esperando que te llame un posible empleador, ¿por qué no empleas parte de tu tiempo para llevarles el evangelio a los que todavía no conocen a Cristo? Reúne un equipo de tu iglesia y planeen una estrategia para evangelizar su comunidad. Si es verano, desarrollen un club de Biblia en el patio de una casa y presénteles a Jesús a los niños del barrio. Tu iglesia puede ayudarte a conseguir los materiales necesarios. Un organiza un torneo de baloncesto de tres contra tres. O propón una fiesta en la calle para la gente del barrio. Emplea tu tiempo con creatividad para llevar las Buenas Noticias de Jesucristo a los hombres, mujeres, niños y niñas de tu manzana que todavía no han hecho un compromiso de fe con el Señor.

No pierdas el tiempo; ¡úsalo en una forma creativa para el reino de Dios!

Comienza un nuevo negocio.

Si pasas dos horas de rodillas con Dios y cuatro más con ahínco para ayudar a otros, te recomiendo que también pases otras cuatro horas por día buscando trabajo o planeando un nuevo negocio.

Hazte una evaluación sincera. ¿Qué tipo de retiro necesitas? ¿En qué eres bueno? ¿Qué es lo que te gusta? ¿Qué necesidades sin cubrir ves a tu alrededor? ¿Con quién puedes hablar que te dé ideas creativas?

Si me hallara sin trabajo, muy seguro de que reuniría dos o tres personas más y les diría: «Comencemos algo nuevo. ¿Qué recursos tenemos? ¿Qué necesita la gente? ¿Cómo podemos suplir esa necesidad?» Adelante. Tú también puedes hacerlo.

Planta algo y cultívalo.

Si tienes una parcela de tierra, no importa cuán pequeña sea, planta algo: ya sean tomates, lechuga, papa, frijoles, etc. Si no tienes un pedazo de tierra pídelo prestado. Muchas personas estarían dispuestas a permitirte usar una parcela si tan solo le explicas tus motivos. Diles: «Mire, estoy sin trabajo. Quiero plantar algunos vegetales. ¿Podría usar una esquina de su parcela?»

En Suiza, el país más rico del mundo en ingresos per capita, prácticamente cada pedazo de tierra que no está reservado para caminar o para la vida silvestre está cultivado. En todos lados se ven pequeñas parcelas de seis por seis en las que alguien ha sembrado algo. La mayoría de los suizos no lo necesitan (tienen más dinero para guardar que nadie en el mundo) pero si los ricos pueden hacerlo, ¿por qué los pobres no? Busca una parcela abierta y cultiva algo. Y en poco tiempo no solo tendrás algo para comer sino la satisfacción que solo conocen los granjeros.

Ni se te ocurra ir de bar en bar ni apostar ni salir de parranda.

En Belfast, Irlanda, muchos años atrás estaba visitando la casa de una señora cuyo esposo y su hijo estaban sin trabajo. Cuando el padre apareció, lo saludé y hablamos un rato. Se quejaba de que tenía que vivir de la pensión de desempleo y refunfuñaba que el estipendio del gobierno era muy poco para su familia. Luego desapareció. Al poco rato volvió vestido de punta en blanco.

—Hasta luego —saludó.

—¿Adónde vas? —le pregunté.

—Me voy al hipódromo —respondió. ¡Lo poco que tenía lo iba a gastar en los caballos!

Mucha gente hace eso. En vez invertir su dinero en forma creativa, lo malgastan en apuestas. Otros van a los bares y se sientan allí durante horas, ahogando sus penas en alcohol y finalmente salen más pobres de lo que entraron.

El desempleo no es divertido pero no tienes por qué empeorar la situación malgastando tus recursos limitados en apuestas, bebidas y juergas. Recuerda lo que escribió el apóstol Pedro: «Pues ya basta con el tiempo que han desperdiciado haciendo lo que agrada a los incrédulos, entregados al desenfreno, a las pasiones, a las borracheras, a las orgías, a las parrandas y a las idolatrías abominables. A ellos les parece extraño que ustedes ya no corran con ellos en ese mismo desbordamiento de inmoralidad, y por eso los insultan. Pero ellos tendrán que rendirle cuentas a aquel que está preparado para juzgar a los vivos y a los muertos» (1 Pedro 4:3-5).

Un día deberemos comparecer ante el tribunal de Cristo y él estará interesado en ver qué hicimos con nuestro tiempo y con nuestros recursos. Emplea tu tiempo con sabiduría durante esta temporada de desempleo para que puedas presentar un buen informe.

El autor, Luis Palau, es un evangelista mundialmente conocido

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